Entrevista a Tamara Muriel
- Vamos a empezar conociéndote un poco más, ¿nos cuentas Tamara de dónde eres, a qué te dedicas y qué disciplinas dentro del ciclismo practicas?
¡Hola! Soy de Gijón y me dedico a la abogacía. Como me paso
bastantes horas sentada, mi cuerpo me pide “marcha” y gastar energía
¡y que mejor que con el deporte! Dentro del ciclismo práctico el de
carretera, aunque, recientemente estoy probando la modalidad gravel y
¡me está encantando!
- ¿Haces algún otro deporte además del ciclismo? ¿Cómo nació tu afición, ya hacias otros deportes anteriormente?
Fundamentalmente, el ciclismo y el entrenamiento en el gym son los que
ocupan mis días en estos momentos. No obstante, me gusta probar
todos los deportes que me despiertan algún tipo de interés. He ido a
clases de surf, de escalada, alguna vez me he montado sobre un skate...
Mi afición por el ciclismo nace hace un par de años, tras el
confinamiento, cuando mi pareja y yo necesitábamos volver a sentirnos
libres. Empezamos a rodar con unas bicicletas de carretera antiguas que
teníamos y tras unas cuantas salidas, nos enamoramos de este deporte.
Además, mi padre lleva practicando ciclismo desde que es joven, por lo
que él también fue una fuente de inspiración. En casa, desde pequeña
siempre ha habido bicis de carretera, montaña… así que digamos que,
la bici ha formado parte de mi vida desde que tengo uso de razón.
- Nos interesa especialmente conocer tu experiencia haciendo El Camino de Santiago en bici, ¿nos cuentas cómo nació la idea, qué fue lo que más te gustó del viaje y por supuesto… ¿es tan duro como parece? :)
El año pasado, mi pareja y yo estuvimos de paso por Santiago y nos
contagió el buen ambiente de la llegada de los peregrinos a la plaza del
Obradorio. Decidimos entonces, hacer al año siguiente el Camino.
Lo que más me gustó es la sensación de orgullo propio que se siente al
echar la vista atrás y ver todos los kms recorridos, los pueblos y lugares
tan mágicos que has encontrado por el camino y que, posiblemente, si
no me hubiese adentrado en esa experiencia, nunca hubiera conocido.
En cuanto a si es tan duro como parece, te diré que no. Realmente hay
que adaptar las etapas al estado físico de cada uno y lo más importante,
¡disfrutar rodando! No importa cuando llegues, si en 4, 5 o 10 días, lo
importante es ¡disfrutar del Camino!
- Y ahora vienes de hacer Montañas Vacías, otra pedazo de aventura, ¿cómo ha sido la experiencia? ¿La recomendarías? ¿Hay alguna anécdota que guardes con cariño de estas dos salidas?
La recomiendo 100 %. Personalmente, disfruto muchísimo rodando en
plena naturaleza. En concreto, la parte de Montañas Vacías que he
rodado ha sido espectacular. Contraste de paisajes, fauna silvestre en
mitad del bosque, montañas solitarias con una magia increíble, en las
que podíamos estar rodando casi dos horas sin encontrarnos a nadie…
De ambas experiencias guardo el buen recuerdo, además de los
paisajes por los que hemos pedaleado, la amabilidad de la gente.
Conocer a personas que vienen de otros lugares. Compartir
experiencias. En El Camino de Santiago, conocimos a un chico que se
llama Hans que venía pedaleando desde Berlín. Pedaleamos con él la
subida a O’Cebreiro, luego nuestros Caminos se separaron. ¡Espero que
le haya ido bien el Camino!
- Después de hacer estas dos experiencias imaginamos que has cumplido alguno de tus sueños en bici de la wishlist, pero ¿hay alguna ruta especial que sueñes hacer?
Aun me quedan muchos puertos importantes en Asturias que rodar, pero
sería increíble poder algún día pedalear en Los Dolomitas.
- Y para terminar, ¿qué consejo le darías a una persona que se acabe de comprar una de nuestras bicicletas de montaña y quiera empezar a practicar este deporte?
Mi consejo es que el ciclismo es un deporte en el que compites contigo
mismo. Nunca te compares con nadie. Intenta superar la salida anterior
y hacer algún km más, pero siempre empieza poco a poco. Lo más
importante es divertirse y controlar la mente: aunque en algún momento
ella te diga que no puedes, ¡tú sabes que sí!